martes, 9 de junio de 2009

Qué estámos Celebrando?


Según los historiadores, fue el año 1209 cuando Francisco obtuvo del “señor
papa” la aprobación de su “proyecto de vida”, o lo que luego se llamaría la
“Protorregla”. El mismo nos lo cuenta en su Testamento: “Y después que el Señor
me dio hermanos nadie me mostraba qué debía hacer, sino que el mismo Altísimo
me reveló que debía vivir según la forma del santo Evangelio. Y yo lo hice escribir
en pocas y sencillas palabras y el señor papa me lo confirmó” (Test 14-15).
¿qué recordamos exactamente en este año 2009? No la aprobación de la "Regla que hemos prometido", que es la Regla Bulada, sino la aprobación oral, por parte del Papa Inocencio III, de la primitiva regla, perdida, de san Francisco. Dentro de catorce años, en 2023, se celebrará el centenario de la Regla Bulada y en esa ocasión, podemos estar seguros, se hablará a todo campo de ella y de su importancia. Este año tenemos una oportunidad única para remontarnos al carisma franciscano en su nacimiento, por así decirlo, "en el estado puro". Es un kairòs para toda la orden y el movimiento franciscano; no podemos dejar que pase en
Esta “forma de vida” primitiva se iría ampliando según las necesidades de la
Fraternidad, siendo el fundamento de la Regla del 1221 y más tarde de la Regla del
1223, confirmada por Honorio III; textos que a distancia de tantos siglos, siguen
siendo referencia esencial para comprender a Francisco y comprendernos a nosotros mismos.
Pongámonos en camino
La celebración del VIII Centenario de la fundación de nuestra Fraternidad nos
ofrece una oportunidad de gracia para recordar con gratitud el pasado, vivir con
pasión el presente y abrirnos con confianza al futuro.
Así, al inicio de este tercer milenio, los
franciscanos queremos reafirmar nuestra firme voluntad de permanecer fieles a
nuestro propio carisma, “viviendo en la Iglesia el Evangelio según la forma
observada y propuesta por San Francisco” (CCGG 1 §1), pero recreándolo hoy a la
luz de los desafíos de la vida franciscana.

Año 2006
¡Escuchemos para cambiar de vida!
“¿Señor qué cosa quieres que haga?”
La escucha, la conversión y el discernimiento
de la voluntad del Señor para nuestra vida hoy

Año 2007
¡La osadía de vivir el Evangelio!
“‘Esto es lo que yo quiero, esto es lo que yo busco, esto es lo que en lo más íntimo
del corazón anhelo poner en práctica’. Rebosando de alegría, se apresura
inmediatamente el santo Padre
a cumplir la doctrina saludable que acaba de escuchar” (1C 22).
Renovar nuestra vida personal y fraterna según el Evangelio, en el contexto vital de
nuestro tiempo.

Años 2008-2009
¡Restituyamos todo al Señor con las palabras y la vida!
“El mismo Altísimo me reveló que debía vivir según la forma del santo Evangelio.
Y yo lo hice escribir en pocas palabras y sencillamente y el señor papa me lo
confirmó” (Test 14-15)
Asombro y agradecimiento al celebrar
el don de nuestra vocación

¿Cómo poner por obra todas las propuestas evocadas y las todavía más numerosas que sin duda surgirán de las intervenciones siguientes? La respuesta nos viene de la palabra pronunciada por Francisco, cercano al final de su vida: "He concluido mi tarea; Cristo os enseñe la vuestra" [21]. Esta palabra no se dirigía sólo a los presentes, sino a sus seguidores de todos los tiempos.
Estamos llamados a lo que se decía al inicio sobre el carisma franciscano: no consiste en mirar a Francisco, sino en mirar a Cristo con los ojos de Francisco. Hay algo que permanece inmutable desde Francisco hasta nosotros, sean cuales sean los cambios históricos y sociales: el Espíritu del Señor. Toda la vida del Pobrecillo, si se le presta atención, acontece bajo la guía del Espíritu Santo. Casi cada capítulo de su vida se abre con la observación: "Francisco, movido, o inspirado, por el Espíritu Santo, fue, dijo, hizo...".
Con la mirada al futuro
Queridos Hermanos esparcidos por el mundo para vivir con alegría en espíritu de “penitencia”:
Nos despedimos de todos vosotros, con las palabras de Santa Clara, fiel custodio de la gracia de los orígenes. La memoria del inicio de su vocación en su Testamento nos impulse a entrar en este memorial vivo del carisma, que también nosotros hoy continuamos a recibir y del que somos responsables para el futuro:
“En el nombre del Señor, Amén.
Entre los múltiples dones que hemos recibido y diariamente recibimos del que da con esplendidez, el Padre de las misericordias, y por los que mayormente debemos dar gracias al mismo Padre glorioso, está el de nuestra vocación, pues cuanto más perfecta y mayor es, tanto más es lo que debemos a él; por eso dice el Apóstol: «Considera tu vocación»”
(TestCl 1-4).

Texto conformado por:
conferencia que dictó el padre Raniero Cantalamessa, ofmcap., el 15 de abril de 2009, en el Capítulo de las Esteras celebrado en Asís con motivo del VIII Centenario de la aprobación de la Regla de san Francisco.

La Gracia de los origenes VIII Centenario de la fundacion de la orden de los hermanos menores.- ofm




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